Háblale, cántale y señálale las cosas
¿POR QUÉ?
El desarrollo del lenguaje comienza muy tempranamente, incluso antes del nacimiento. Para favorecerlo resulta fundamental la interacción social con adultos cercanos y conocidos, que hablen con niñas y niños desde el primer día de vida. Esto permite ampliar sus posibilidades de comunicación y conexión con su entorno. Cuando los adultos acompañan su habla con gestos y movimientos del cuerpo, se enriquecen las posibilidades de comprensión y conexión. Cada vez que estés cerca de un niño o niña háblale, cántale o indícale cosas, ya que esto ayudará a enriquecer su lenguaje y comunicación.
CONSEJOS
Háblale constantemente
Es importante hablarle a niñas y niños desde su nacimiento. Puedes hablarle en todo momento del día. Por ejemplo: cuando cambias su pañal o su ropa; al amamantar; durante el almuerzo, la cena o cuando comparten otros alimentos háblale de sus juguetes y/o menciona las partes de su cuerpo durante el momento del baño. Cuando le hables, hazlo de forma pausada, con calma y acompaña tus palabras con expresiones y gestos.
Describe movimientos y objetos
Al hablarle usa una voz alegre y mira a los ojos, sonríe, exprésate de forma tranquila. Alarga las palabras y realiza sonidos con tu voz. Si la niña o niño mira algún objeto di su nombre o sigue alguna luz o sombra, háblale de eso que observa o que llama su atención, lo que pueda parecer interesante o es de su agrado. Por ejemplo: “¿estás mirando las hojas de los árboles?, ¿te gusta cómo se mueven?“
Responde a sus sonidos y gestos
Cuando un niño o niña emite un sonido o manifiesta una emoción con gestos como sonrisas, miradas o movimientos con sus manos, respóndele usando palabras o frases sencillas y sigue sus intentos de comunicación, incorporando palabras o repitiendo los sonidos vocálicos o balbuceos que hace. Por ejemplo: Agu, agu, mamamamam, papapa, uuuu, entre otros.
Canta o tararea melodías
Utiliza canciones en momentos estables de la rutina diaria, esto les entrega pistas de las acciones que se realizan día a día. Puedes cantar canciones para animarlos a jugar, otras para el momento de alimentación, canciones para acunar o hacer dormir. En general, las canciones favoritas de niños y niñas son sencillas, donde se repiten palabras, con diversos tonos y ritmo.
Describe objetos y acciones cotidianas
Tú puedes describir los objetos cotidianos que ven juntos. La mayoría de las cosas son nuevas e interesantes para un niño o niña. Describe tus acciones mencionando los pasos o secuencia en que las realizas, por ejemplo: “te daré primero la comida y después el postre”, “te pondré los calcetines y después los zapatos”, “llenaré la tina con agua para luego bañarte y podamos jugar un rato con tu patito”.
Nombra y apunta objetos de su entorno
Continúa apuntando y nombrando los objetos de su entorno, también los espacios que visitan: por ejemplo: “mira, allá están los juegos” o “allá está tu pelota”. Además, puedes estimular que el niño o niña indique objetos realizando algunas preguntas: ¿dónde está tu muñeca?, ¿dónde está tu lengua?, ¿y mis ojos?, ¿dónde está el perro?, ¿dónde está tu juguete preferido?
Menciona características de los objetos
Describe los objetos mencionando sus características como color, forma o tamaño. Por ejemplo: “usaré las manzanas rojas para hacer el postre”, “el auto amarillo es más pequeño que el auto rojo” o “esa naranja es redonda como tu pelota”.
Escucha y responde
Demuestra interés en lo que los niños y niñas dicen, respondiendo a sus palabras o ideas. Enriquece su lenguaje ayudándoles a incorporar nuevas palabras. Por ejemplo, si señala un gato y dice “miau“, tú puedes responder: “Sí, es mi gato Tomi, es peludo y regalón“. Y si el niño o niña apunta un objeto, tú puedes mencionarlo: “Eso es un libro con imágenes de flores, ¿quieres mirarlo?“
Utiliza diversas palabras para enriquecer su lenguaje
Utiliza frecuentemente muchas y diferentes palabras. Por ejemplo, nombra los objetos que tomas o que están cerca de ellos. Esto permite enriquecer su vocabulario: “La mamadera está caliente, ¡auch!”; “esto es un termómetro, tomaré tu temperatura”; “¡mira, te puedes ver en el espejo!”; “te estoy poniendo los calcetines y luego pondré tus zapatos”.
Conversa y compartan opiniones e ideas
Si un niño o niña te habla de los dinosaurios o te muestra interés por un objeto o situación, tú puedes escuchar sus ideas y preguntarle acerca de lo que cuenta, si sabes algo novedoso o interesante se lo puedes compartir.
Realiza preguntas frecuentemente
Durante la rutina diaria o al jugar tú puedes realizar preguntas que permitan a un niño o niña describir objetos o situaciones. Por ejemplo, al momento de vestirse elijan juntos la ropa y pregúntale: ¿qué te gusta de esa polera?, ¿cuáles son tus calcetines favoritos, por qué? Las respuestas que te entregue permitirán ir ampliando la conversación y enriqueciendo con nuevos comentarios o preguntas.
Lo ideal es que formules preguntas para que el niño o niña pueda describir lo que está observando o realizando. Por ejemplo: ¿qué animales hay en el cuento? ¿Cuál es el más grande?, ¿cómo es? También puedes realizar preguntas que lo ayuden a comunicar decisiones: “¿quieres ir a al patio o jugar con tus juguetes? o ¿prefieres agua o jugo?”
Enriquece sus ideas
Puedes enriquecer el lenguaje de un niño o niña describiendo objetos que le interesen. El adulto puede repetir las palabras o frases que el niño comunica y añadir información adicional. Por ejemplo, si dice: “helado rico“, puedes repetirlo y ampliarlo diciendo: “Sí, está muy rico el helado, sabe a frutilla y es de color rojo”.
Utiliza conceptos de espacio y tiempo
Cuando el niño o niña esté jugando o realizando su rutina diaria, tú puedes describir sus acciones utilizando conceptos espaciales. Por ejemplo: “estás escondido debajo de la mesa” o “tus juguetes están dentro de la cama”. También puedes usar conceptos referidos al tiempo: “después de almuerzo jugaremos juntos”, “es momento de dormir, ya es de noche”. Estas frases sencillas lo ayudan a comprender el uso de conceptos que describen el tiempo y el espacio.
Inventa canciones
Tú puedes inventar canciones nuevas utilizando palabras cotidianas y melodías conocidas. Asimismo, puedes seguir cantando aquéllas que el niño o niña ya sabe. Incluso puedes incorporar juegos musicales que involucren movimientos corporales o alterar los ritmos, jugar con canciones que requieran completar oraciones o cambiar palabras.